Empresas de diferentes sectores se encuentran con frecuencia situaciones en las que el trabajador debe realizar sus funciones en solitario. Puede que sea durante la jornada laboral completa o en parte de ella. Pero independientemente del trabajo que se realice, se considera como trabajos en situación de aislamiento aquellos que se realizan en soledad, sin otras personas que desarrollen su labor en el mismo recinto o sala.
Por lo general, los empleados que hacen estos trabajos no tienen contacto visual con otras personas ni pueden oír ni ser oídos sin el uso de mecanismos, como puedan ser teléfonos o walkie talkies. Es por ello que, como veremos más adelante en el presente artículo, recomendamos el uso de dispositivos destinados a dar la alarma en el caso de una emergencia, y que se accionan manual o automáticamente por la ausencia de actividad (dispositivos de hombre muerto).
Riesgos específicos
Riesgo de seguridad
Los posibles riesgos a que pueden estar sometidos las personas que trabajan en situación de aislamiento se clasifican como riesgos de seguridad y riesgo psicosocial, que mantienen una estrecha relación.
- Riesgo de accidente por errores del trabajador Cuando una persona trabaja aislada es más fácil que se produzcan errores en su actuación (no tiene con quién comparar su actividad) o incertidumbre (no tiene a quién preguntar en caso de duda u olvido).
- Falta de asistencia al accidentado. Al producirse un accidente o situación crítica la asistencia inmediata es vital. La falta de actuación inmediata en los puestos donde una persona trabaja sola, puede tener consecuencias fatales. Es clave entender que todos los trabajos tienen riesgos inherentes.
Riesgo psicosocial
- A causa del propio aislamiento. Desempeñar las funciones laborales sin compañía puede producir un desequilibrio en la persona y dar lugar a conductas alteradas. Este desequilibrio puede afectar a nivel cognitivo. De este modo, en los trabajos rutinarios, la ausencia de otras personas puede implicar aburrimiento o un descenso en la vigilancia, también puede verse alterada la percepción del tiempo. Estos cambios conductuales pueden llevar, fácilmente, al error o a la incertidumbre en la actuación de la persona que trabaja en situación de aislamiento.
- Fatiga patológica de la persona que trabaja sola. El aislamiento puede dar lugar a una carga psíquica que podría traducirse en un sentimiento de soledad, y/o angustia. Asimismo, la situación de estrés aumenta la probabilidad de tomar decisiones erróneas, realizar falsas manipulaciones o improvisar de forma peligrosa.
Medios de asistencia y ayuda inmediata
Una vez identificados los riesgos, cada empresa debe disponer de un sistema que proporcione una rápida y eficaz asistencia para el trabajador asilado. Se deben tener en consideración los siguientes medios:
- El contacto personal: se trataría de facilitar la asistencia de otra persona en caso de necesidad. Ya sea mediante teléfono, radioteléfono o alarma, la persona que está sola ha de poder llamar a otras personas cuando se encuentra en una situación crítica o en un estado de angustia.
- Medios técnicos de alarma: para aquellas situaciones en las que la persona que trabaja sola se vea imposibilitada de pedir ayuda, por carecer de movilidad y/ o iniciativa, es necesario establecer otros medios de aviso, como, por ejemplo, los dispositivos de pérdida de verticalidad o de pérdida de movimiento.
- Socorro inmediato: según la gravedad de las consecuencias previsibles de los riesgos a los que se halle sometida la persona que trabaja sola, será necesario contar con un servicio de atención interna de la empresa, o bien en una zona próxima que permitan una actuación con la urgencia necesaria